Sexo y Maternidad: Como se vive la sexualidad cuando eres madre

La mayoría de las mujeres que se convierten en madre te dirán que todo cambia desde ese preciso momento y, desde luego, la transformación alcanza su vida sexual. En este artículo exploraremos la verdad desnuda del sexo durante la maternidad. Al consultar a un nutrido staff de expertos en sexología, psicología y terapias en pareja, estos coinciden en señalar a la maternidad como un hito en la vida de la mujer. La nueva realidad puede traer una disminución del deseo sexual al momento de volverse madre.

La caída del deseo sexual después del parto

Uno de momentos en los cuales más mujeres experimentan una ausencia de deseo es precisamente después del parto. En este punto, factores biopsicosociales pueden aparecer aisladamente o en conjunto, dando como resultado la perdida del apetito sexual e inclusive el rechazo a la intimidad. Entre estos factores que disminuyen el deseo tenemos:

  • Los cambios físicos: Luego del parto, la vulva pasa por una situación de estrés, donde desgarros o episiotomías pueden producir dolores y molestias. A esto hay que sumar el rechazo que muchas mujeres sienten a los cambios que experimenta su cuerpo, como las estrías o la barriga postparto.

 

  • Las hormonas y su impacto: La oxitocina, conocida como la hormona del placer y el amor, es la responsable de hacernos sentir bien cuando tenemos sexo. Pero, resulta que al amamantar la cantidad de oxitocina que se produce es muy superior. Ahora bien, la lactancia también implica una disminución en los niveles de estrógeno, causando resequedad o falta de lubricación vaginal.

 

  • Cuidados del infante: Pues a partir del momento en que se convierten en madres el tiempo cobra otra dimensión. Hablamos de atender a un ser absolutamente dependiente, lo que choca directamente con la idea del dejarse llevar y recibir placer sexual.

Desequilibrio en la maternidad y su impacto en la sexualidad

Un factor común en los casos en donde no se logra acceder a ese equilibrio es el llamado agotamiento parental. Esto se traduce en un constante y casi permanente cansancio físico y mental, que están asociados con altos niveles de estrés y ansiedad producidos por expectativas autoimpuestas y/o estereotipadas por la sociedad.

La vivencia de una madre joven

Contamos con la experiencia de Laura, una mujer joven, con 26 años y madre de un niño de 8 meses, que se encuentra en un momento crucial de su vida. Busca equilibrar múltiples roles: el de madre, profesional y pareja, enfrentando dificultades para mantener activa su vida sexual. En sus propias palabras, ser madre “es vivir una montaña rusa emocional constante”, donde la maternidad ha sido “la experiencia más hermosa y desafiante de mi vida, pero también ha sido agotador”.

El reto de muchas madres jóvenes que deben trabajar y que tienen hijos pequeños, es que sienten que no pueden cargar con todo ese peso, y lo primero que suele resentirse es el componente sexual. Para Laura, la intimidad con su pareja se ha vuelto menos frecuente “cuando lo intentamos, a menudo estoy tan agotada que simplemente no puedo disfrutarlo como solía hacerlo”.

Acá es donde el problema puede extenderse y causar un quiebre en la vida en pareja. Esta ruptura originada por la falta de comunicación, sumada al desgaste físico y mental por la crianza, es una de las principales causas de divorcio en España y varios países de Latinoamérica.

Por otro lado, se tiene la presión social (y/o de la pareja) sobre la mujer para ceder a las pretensiones sexuales, a pesar de estar inapetente sexualmente. Los especialistas coinciden en que esto es un error, pues nadie puede obligarte a hacer algo que no te apetece, así como no está bien ceder por pensar que su pareja «buscará en otro lugar lo que no consiguen en casa”. En estos casos, la comunicación con la pareja es determinante, así como comprender que ambos, y no solo la mujer, se encuentran atravesando un cambio en sus vidas.

El regreso del deseo y los retos de vivir la sexualidad siendo madre

  • La forma, frecuencia y los modos de vivir el placer sexual siendo madre son completamente distintos a cuando una mujer no lo es. Todos los expertos coinciden en que el asunto de la sexualidad en las madres varía de mujer a mujer, en inclusive en distintos momentos de la vida de una sola mujer.

 

  • El punto común es que ahora la mujer en su rol de madre, tiene a su lado a una persona que requiere de sus cuidados, tiempo y energía de manera constante. Es así que durante los primeros 3 a 4 años de vida de los hijos, los padres se enfocan en la crianza, donde la forma y modo en que se manifiesta el disfrute de la intimidad va a cambiar. Este cambio es normal, la clave es saber qué hacer y gestionar la vida sexual adecuadamente, para equilibrar y armonizar el componente sexual con la maternidad.

 

  • Para muchas mujeres el punto focal en la recuperación de su disfrute sexual es precisamente cambiar el paradigma de ver hacia “atrás” y concentrase en diseñar una nueva forma de expresar y disfrutar del sexo. Muchas se hacen de la masturbación como recurso de estimulación y goce. Asimismo, el empleo de juguetes sexuales, en solitario y en pareja resultan una alternativa formidable, que les permite ahorrar lo que más necesitan: Tiempo y Energía.

De hecho, el mercado de juguetes sexuales propugna un criterio de disfrute sexual basado en placer al alcance de tu mano, de alta calidad y muy seguro. Esto los hace sumamente prácticos para impulsar la libido y disfrute del sexo. Así ofrecen una experiencia de alto nivel en lapsos reducidos, lo cual se ajusta muy bien a la disponibilidad de tiempo de las madres.

¿Qué hacer para conciliar la maternidad y la sexualidad?

Acepta que ser madre es una nueva realidad

Antes del nacimiento, la pareja puede haber disfrutado de una conexión íntima y espontánea. Pero con la llegada del bebé las responsabilidades compartidas y el agotamiento pueden afectar la intimidad y el deseo sexual. Es importante que la pareja reconozca y aborde estos cambios juntos, comunicándose abierta y honestamente sobre sus necesidades y preocupaciones. Así podrán encontrar nuevas formas de conectarse emocional y físicamente, trabajando en equipo para superar los desafíos que surgen en el camino.

Ajustes en las expectativas

Es fundamental ajustar las expectativas sobre el sexo después de convertirse en madre. Muchas mujeres pueden sentir la presión de volver a tener una vida sexual activa y satisfactoria inmediatamente después del parto. Esto es un error que suele llevar a la frustración. En la realidad, el cuerpo y la mente necesitan tiempo para adaptarse a los cambios físicos y emocionales que conlleva la maternidad.

Es imperativo reconocer que la intimidad puede manifestarse de diferentes formas, no solo a través del acto sexual sino también a través de gestos de cariño, comunicación profunda y momentos de conexión emocional. Al ajustar las expectativas y permitirse explorar nuevas formas de intimidad, las parejas pueden encontrar una mayor satisfacción y conexión en su relación.

Incorporación del sexo en la rutina

Encontrar tiempo para el sexo puede ser un desafío para las parejas que enfrentan las demandas de la maternidad, el trabajo y otras responsabilidades. Sin embargo, es crucial integrar el sexo en la rutina de manera práctica y realista. Esto puede implicar programar momentos íntimos en el calendario, aprovechar los momentos de tranquilidad cuando el bebé está dormido o incluso explorar la posibilidad de tener encuentros sexuales en lugares y/o momentos inesperados.

Ser creativos y flexibles en la planificación del tiempo para la intimidad puede ayudar a mantener viva la chispa en la relación y fortalecer el vínculo emocional entre la pareja.

No descuidar el aspecto personal

Cuidar de uno mismo, tanto física como emocionalmente, es esencial para mantener la autoestima y el deseo sexual. Esto implica dedicar tiempo y atención a actividades que promuevan el bienestar personal. Acá tienes opciones como el ejercicio regular, una alimentación saludable, el descanso adecuado y la gestión del estrés.

Es indispensable cultivar una actitud positiva hacia el propio cuerpo, y reconocer que la maternidad no define la valía de una mujer como ser sexual. Priorizar el autocuidado no solo contribuye a mejorar la salud sexual y el disfrute personal, sino que también puede fortalecer la confianza y la conexión con la pareja.

Buscar ayuda profesional

Si la maternidad ha tenido un impacto significativo en la vida sexual y no se pueden encontrar soluciones por sí misma, buscar la ayuda de un terapeuta sexual puede ser beneficioso. Estos especialistas pueden proporcionar un espacio seguro y confidencial para explorar los desafíos y preocupaciones.

También podrás adquirir herramientas para mejorar la intimidad y el placer sexual. Además, el terapeuta sexual puede trabajar en colaboración con tu pareja para identificar y abordar las barreras emocionales o psicológicas presentes. De este modo estarás promoviendo una mayor comprensión y conexión entre ambos.